sábado, 20 de octubre de 2007

Para leer al Pato Donald

Para leer al Pato Donald
El presente ensayo trata de mencionar las principales críticas que hacen Dorfman y Mettelard al imperialismo cultural representado por el Pato Donald y la industria Disney.

Antes de comenzar a nombrar las críticas que hacen estos dos autores al Pato Donald y a la industria de Disney hay que entender el papel que adoptan estas personas, el contexto histórico y el pensamiento marxista que entorpece el capitalismo norteamericano. Sin duda que para la época en que fue escrito este libro, donde gozaban de un gobierno comunista, todo lo que se relacionara con Estados Unidos y su imperialismo era visto como una forma de dominación para otras culturas, eso obviamente es entendible incluso ahora ya que las costumbres gringas acaparan cada vez a más países, incluyendo claramente a Chile de entre otros.

No es difícil entender entonces porque tan duras las críticas hacia el Pato Donald y hacia Disney, ya que en el fondo representan todo el pensamiento y la forma de vida de los norteamericanos, que para ese momento de la historia chilena cualquier cosa que proviniera de esta cultura era visto como una forma de dominación.

Las principales críticas a las que se refieren estos dos escritores van desde los parentescos en la familia del pato Donald hasta la autoridad y represión que establecen los adultos.

Para explicar mejor esta situación los autores nos dicen que en el pato Donald no existe ninguna relación de parentesco directa como son el de padre o madre e hijos, sino que más bien lo que domina son las relaciones entre tíos, sobrinos, primos, etc., por tanto lo que intenta Disney es negar el sexo explícito en sus caricatura mostrándole a los niños sólo una parte de las cosas, y de esta manera evitar referirse a asuntos de tipo sexual.

Pero sí están delimitados claramente los roles de sexo, ya que por ejemplo la mujer cumple un rol que no puede ser más machista ya que siempre se le describe como un objeto sexual que debe conquistar a su enamorado sin posibilidades de concretar nada, es decir son todas solteras, a excepción de la abuela Pata, por otra parte siempre se le asocia a cosas banales como la moda y el cuidado de las otras sobrinas, siempre es sumisa y cumple con las funciones del hogar. En el caso del hombre podemos apreciar el ejemplo del pato Donald, una persona floja, mal genio, que le gusta que todo le llegue y le sea fácil, además siempre imponiendo autoridad a los sobrinos que no tendrían porque obedecer ya que no es una relación de padre -hijo, puesto que ésta al nacer simplemente del hecho, pierde toda justificación .

En otro contexto se critica que muchas veces los adultos adoptan el rol de los niños y viceversa, a veces son los niños los que reprenden a los adultos y estos últimos son siempre los que están equivocándose, los que engañan y en definitiva los que rompen el código de autoridad−obediencia.

Como son los adultos los que escriben las historietas adaptan según su criterio aquello que quiere y piensa un niño. Ante todo, el niño suele ser un adulto en miniatura. Como generalmente todo está representado por animales, ya que así se intenta captar la atención de los niños, puesto que los animales representan una especie de ternura, en el fondo no hacen más que atraparlos en vez de liberarlos. Bajo la apariencia simpática, bajo los animalitos con gusto a rosa, se esconde la ley de la selva: la crueldad, el chantaje, la dureza, el aprovechamiento de las debilidades ajenas, la envidia, el terror.
El niño aprende a odiar socialmente al no encontrar ejemplos en que encarnar su propio afecto natural.

Otro aspecto interesante que tratan estos autores es aquel que se refiere a los continuos viajes que hace la familia Disney con el objeto de esquivar la ciudad, que es donde viven y así escapar del tedio y el infierno que representa la urbe, es por esta razón que en varios capítulos el pato y sus sobrinos recorren diversas partes del mundo donde se encuentran con aventuras y con personajes con características poco comunes. Es aquí donde se hace la diferencia entre el niño de la ciudad y el buen salvaje puesto que mientras los metropolitanos son inteligentes, calculadores, cargados de mañas; los de fuera son inocentes, tontos, irracionales, desorganizados y fáciles de engañar.

Finalmente señalar que el mundo Disney es un mundo completamente adecuado al modelo norteamericano incluso hasta los aspectos económicos se dejan ver al negar los modos de producción industrial. Por otra parte los personajes se mueven en aspectos cotidianos pero siempre en pasatiempo, ya que la principal característica es divertir y entretener al lector y por lo tanto dejan de tener necesidades materiales y así la revista misma se transforma en un medio de evasión, por lo tanto se refiere a una sociedad con un desarrollo en sus fuerzas productivas.

Conclusión: son un manual de instrucciones para los pueblos subdesarrollados sobre cómo han de ser sus relaciones con los centros del capitalismo internacional.

Dorfman y Mettelard; Para leer al Pato Donald.
Mariana Amaro Fierros 7º Relaciones Publicas
UAEM C.O

1 comentario:

Lucio Avila dijo...

Trabajo revisado.

Lobogris.